La Hermandad Christiana se fundamenta en la fe bíblica, apostólica y eterna.
No añadimos, no quitamos, no adaptamos.
Confesamos, vivimos y defendemos lo que fue revelado por Dios a través de Su Palabra.
Cada miembro de la Hermandad se compromete a:
Creer en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo Dios en tres personas eternas.
Confesar a Jesucristo como Señor y Rey, el único camino hacia el Padre, y la única esperanza de redención.
Reconocer la Biblia como la Palabra de Dios, infalible, viva y suficiente.
Proclamar la muerte, resurrección y regreso glorioso de Cristo, quien juzgará a los vivos y a los muertos.
Caminar en santidad, verdad y fidelidad, rechazando toda forma de pecado, idolatría o corrupción.
Practicar la oración, la vigilancia espiritual y la lectura bíblica diariamente.
Unirse a otros fieles en amor fraternal, resistiendo juntos toda oscuridad que se opone al Reino.
Nuestra fe no es un discurso.
Es una vida consagrada, separada, activa.
Es una llama que no se apaga en medio de la noche del mundo.