Este Estatuto Espiritual no es un documento jurídico, sino una alianza de principios eternos, que rige la conducta, el propósito y la identidad de cada miembro de la Hermandad Christiana.
Firmar este estatuto es un compromiso delante de Dios, de los hermanos en la fe y de la Verdad que no cambia.
La Hermandad Christiana es una misión espiritual sin fines políticos, comerciales ni denominacionales.
Su existencia tiene base exclusivamente en la fe cristiana bíblica, en la oración, en la proclamación del Evangelio y en la defensa de la Verdad.
Todo miembro es reconocido por su testimonio de fe en Jesucristo, su vida consagrada, su fidelidad a las Escrituras, su discernimiento espiritual y su compromiso visible con la misión.
Quien forma parte de esta Hermandad se compromete a:
Vivir en oración, vigilancia y santidad
Defender la Verdad, aunque cueste rechazo o persecución
No asociarse con estructuras, doctrinas o sistemas contrarios a Cristo
Proclamar el Reino de Dios en palabra y en conducta
Permanecer fiel en medio de la apostasía y la oscuridad
En caso de conducta incompatible con este Estatuto, se aplicará exhortación espiritual, acompañamiento fraterno y, si es necesario, separación visible, siempre en espíritu de amor y restauración.
Este Estatuto no es temporal ni circunstancial.
Es una declaración espiritual permanente, válida en todos los tiempos, culturas y territorios, mientras el Señor no retorne.